Los fotógrafos son exploradores del multiverso capturando instantáneas de realidades paralelas a través de sus cámaras; porque esto no es algo inherente a los superhéroes de cómic.
Caminando por las calles de la ciudad
van de la mano entre cristales de escaparates
y marquesinas de autobuses,
convirtiendo vehículos en lienzos
las sombras y las luces
que sólo una cámara puede captar.
Cada reflejo es una ventana a un mundo paralelo
donde se mezclan y difuminan líneas y colores.
Las farolas danzan sobre el asfalto mojado
creando caminos que guían mis pasos
y los rostros del resto de la gente
reflejados en los espejos que voy encontrando
cuentan historias que se pierden con el barullo de la urbe.
Esas campañas con anuncios
que prometen mundos mejores
reflejan una realidad cotidiana
que se va mezclando con el sueño
mientras los metales
atrapan fragmentos de cielo
y los edificios
crean el mosaico de imágenes
que se mueven al ritmo del tráfico.